No lo sé

Odio no saber el por qué.
Lo odio, porque escapa de mi control.
Es algo soportable, no moriré de ello, pero joder, jode.
No diré dolor, porque no puedo saber si duele cuando no sé lo que es.
Sólo conozco sus consecuencias.

Mi sonrisa se ha perdido....en su lugar ha quedado una mueca extraña que casi nunca se apaga, haciendo que todo parezca normal ante los ojos que nunca han mirado dentro de los míos.
Así es realmente fácil.

La muralla está ahora en su máximo esplendor, encabezada por mi independencia. Esa que me aleja del mundo y a la que anhelo, pero que ha hecho de mi un saco de huesos. Duro de roer y pesado. Muy pesado los domingos de guardar, y mucho más los puentes de disfrutar.


No quiero, y es un no querer que no cuesta. Tantas veces ensayado que ha bajado del escenario y camina a mi lado. Nunca le duelen los pies ni le pesa el cansancio. No se irá, yo misma lo he creado.

Y sigo sin tener una razón, un algo de peso que me ayude con esto, pero...¿cómo se supera algo que no comprendes?