Andar deprisa no siempre es huir...

Como ya he dicho miles de veces, de tanto en tanto es necesario cerrar ciclos. Forzar la puerta de salida y correr sin mirar atrás. Correr y correr, antes de que el miedo alcance la puerta y te arrastre de nuevo a la monotonía.

Muchas cosas suelen quedarse atrás, pero no te asustes, muévete sin olvidar que cada cosa tiene su sitio. Sé veloz sin entrar en pánico, si algo tiene que acompañarte, así lo hará. Quizá no lo veas al principio, quizá ni siquiera lo sientas contigo. Incluso puede que te recuerdes dejándolo por el camino. Pero estará ahí, simplemente se mostrará ante ti en tiempo y forma adecuados.

Y si no lo hace, es porque su tiempo en ti terminó. Y no llores, el sol siempre termina llegando.

No todo lo que valió en su día puede valer en el ahora. Hay veces que las cosas de repente ya no sirven, que las palabras se quedan muy cortas y que tu valor no permite que las cambies por otras nuevas... Que aquello que quieres decir se ahoga en tu garganta, porque aún no te han crecido suficiente las agallas...No dejes que esa sensación te apriete el cuello, hay cosas que nacieron en ti pero no para decirlas, si no simplemente para sentirlas y terminar matándolas...o dejándolas morir...o diciéndolas más tarde. Recuerda, todo tiene su tiempo y su forma.


Intenta quedarte vacío de cosas que no llegaron a llenar, cosas que no te llevaron a colmo. Apartar esperanzas que se quedan en eso, en esperanzas. No todos los sueños se cumplen, aunque intentes soñarlos cada noche. Elimina las cosas que pican, no te aferres a ellas y deja que las heridas de tus manos se curen.

Es en ese momento, cuando sueltas aquello que te escuece, cuando hay que ponerse en marcha. Parece que sin circunstancias, pero quién mejor que tú para saber el por qué de tus movimientos. Es más, si te fijas, casi nadie se dará cuenta de que andas de una manera diferente... Pero nunca te olvides, andar deprisa no siempre es huir.


Ha llegado el verano...Nos vemos por ahí.. =)