PieDRa Y HoRCHaTa

Es curioso, hoy he descubierto que soy emocionalmente bipolar. Y me encanta. Hoy no me pesa el pecho, sólo tengo horchata. Eso que algunos llaman corazón ha saltado por bulerías, y no para de cantar fandanguillos. Para ser honesta, me está destrozando.

Si me pinchan, hoy no sangro. Pero también soy feliz, tremendamente feliz. Pensé que la arcilla se había hecho ama y señora de mi lecho. Pero no, no es así.

A poco he sido romántica e incauta. Y aunque perdiendo, todo suena tan hermoso...

Mi piedra se permite el lujo de soñar. Primero dormida e inconsciente, como el niño que se descubre sin saber lo que hace...Después, con los ojos como platos y con el alma aturdida entre tanta insensatez.

Y todo porque ha llegado el agua. Lo envolvió todo hasta hacer de la dura arcilla, de mi piedra...un triste vaso de horchata.

No en cuestión de meses, ni muchísimo menos en años. En realidad señores, fue cuestión de segundos.

Sorprendentemente, ahora no hay parte de mi ser que no tiemble. Miedo a que cada siguiente paso duela. De repente, siento mis alas tan frágiles que no soy capaz de echar a volar. No sé si su cera funciona o no, pero la horchata se ha llevado mi valor.



Jodidamente bonito, bendita bipolaridad.