Cosas que me gustaría susurrarte...pero sin que me escucharas

Es ilógico, absurdo, mal sonante. Es estúpido, incoherente, irreal. Sigo aquí, esperándote. No puedo controlarlo, me invades sin quererlo. Es como si algo de ti se hubiera quedado en mi. Y lleva conmigo demasiado tiempo.

No consigo encontrarle un sentido. Siempre me dijeron que toda llama sin aire se apaga, y me he matado a noches en vela conteniendo la respiración. Para ahogarte, para asesinarte aquí, dentro de mí. Pero no te vas. Como mucho, a veces te escondes. Silencioso, agazapado allí donde no suelo hurgar. Aunque me miento, creo que en el fondo sé que sigues ahí. No es algo que duela, ni que dañe, ni me hace sufrir. Pero sé que si no te vas, nunca podré darme.

O quizá, lo que tendrías que hacer es volver del todo. Así, dejaré de dar manotazos a estas mariposas que te rodean, porque no deberían estar ahí. Quien sabe si yo también soy tu cicatriz. Ese no se qué que aparece cuando dejas que otras manos te toquen, y entonces anhelas mis labios. Como un pequeño pinchazo, que sólo te recuerda que sigo por ahí, quien sabe si pensándote.

Y si dejamos que nuestra mente vuele, quizá nos lleve a cruzarnos en la siguiente calle. Sonreiremos, dos besos castos mientras nuestras sombras se unen.

Soñar así es como jugar con una moneda trucada.Sólo hay una cara y una cruz, pero por mucho que la tiras, nunca sabes realmente qué es lo que queda debajo. Las medias tintas no valen, y tampoco las medias mitades.
Algún día, de tanto marearte aquí arriba, de tanto unirme a ti sin tenerte, algún día, entraré en tus sueños.
Me verás ahí como si nada, por fin sabiendo.

...Son sólo esas cosas que me gustaría susurrarte...pero sin que me escucharas.

Esa cosa llamada mundo

El mundo, esa cosa misteriosa y enorme en la que un buen día, alguien o algo decidió soltarnos.

Hoy el sol brilla, y la copa de vino refleja extrañas formas en este papel que escribo. La luz hace que mantenga mi ceño fruncido, y el aire de mi terraza despeina mi pelo. Es un día de esos en los que el mundo, por el mero hecho de ser, te regala. Sin más, te refleja a ti mismo, lo que eres, en el preciso momento. Este preciso momento.

De fondo, salta una canción que me hace volver hacia atrás. Lo bonito es que me giro hacia mi pasado con una sonrisa. No hay melancolía, no hay sombras ocultas. Sólo está lo bonito, y regresan todas aquellas sensaciones.

Permito que mi piel se erice con los recuerdos. Hoy estoy regalada, no hay barreras, no hay límites, no hay murallas de papel mojado. Respiro hondo y dejo que todo me inunde...sobretodo el vino. Miro al sol y lo invito a participar de mi sonrisa. Cierro los ojos y me marcho. Vivo el pasado, el presente y el futuro. Todo a la vez. Pero nada es caótico, sólo bello desorden.

No sé si mañana caminaré, volaré o reptaré por el mundo. Hoy sólo sé que el cómo, está atado a mis muñecas.

Desde aquí, aún lejos, distingo el cielo del mar. Sólo tengo que levantar la vista para verlo, para sentirlo, para tocar las líneas.

Disculpadme la divagación, no consigo concentrar mi esfuerzo... qué estaba diciendo? Honestamente, no quiero. Ahora mismo todo es hermoso así, tal y como está. Quizá no lo comprendas. No importa, esto no ha nacido para ser comprendido. Soy yo la regalada.

Quizá sea el vino, o el sol, o los recuerdos...o que desde aquí puedo tocar el mar.