A los Cualquiera de mi vida

Bienvenido a mi mundo, querido Cualquiera. He decidido hacerte un pequeño hueco en mi agenda porque ya ves, así soy yo.

No te dejaré acomodarte ni yo me acomodaré, los dos sabemos que no pasarás demasiado tiempo aquí. Entramos al trapo aún viendo la fecha de caducidad en nuestros cogotes. No pasa nada, compartiremos buenos ratos...porque lo haremos...¿verdad?

Como puedes ver, te he dejado reservada la antesala. Es gran cosa según te lo pinte, aunque todo sean imitaciones y actuaciones duplicadas. Si nos concentramos mucho, puede que parezca algo único. Tú déjame a mí, que tengo experiencia y sé de que va ésto.

Entonces comenzamos a jugar, como si realmente nos importara lo que el otro tiene que decirnos. Como si "algo" fuera nuestro objetivo. Entrenamos el arte de engatusar, sin dejar de mirar del reloj. No nos olvidemos que estamos de paso.

Si conseguimos pasar de las palabras, entra en juego la práctica de nuestra piel. Peleamos por ver quien sabe más de esas cosas que sólo se entienden con luz tenue y respiraciones nerviosas. Es emocionante en el primer toque, intenso en el segundo...el tercero...afortunados si llegamos al cuarto antes de que el interés se pose sobre el cuadro barato de la pared.

Para finalizar practicaremos los silencios, esos que siempre quieren decir algo pero que nunca terminan de decirlo, como los puntos suspensivos. Sólo dejar que pase el tiempo, disimulando lo forzado de toda la situación a fuerza de mímica copiada de las películas de sábado tarde.

Y ahí, sólo ahí, te cerraré mi puerta, dejándote atrás, querido Cualquiera. Y entonces comienza el olvido, sin prisa alguna, a limpiar los sentidos. Primero los rasgos de desdibujan, se olvida cuántos botones tenía tu camisa, de qué color pinté nuestro sofá y los olores se confunden unos con otros. Y por fin olvidan las manos. Ellas, que son tan poca cosa y memorizan tantas otras...

No olvides, querido, dejar tu muesca en mi puerta. Puedes ser un Cualquiera, pero siempre deberás recordar que, por un momento, fuiste el centro de todo mi mundo.