Bien…sentémonos a negociar…
Hagamos promesas que ni siquiera sabemos si podremos cumplir, pero hagámoslo, porque los dos sabemos que hay un futuro, confiemos en él.
Jurémonos amor eterno, porque esto es tan perfecto que seguro que durará para siempre, en el cielo seguro que somos dos ángeles atados.
Susurremos que nos necesitamos, que no somos nadie el uno sin el otro, que no podemos respirar separados, que no hay otra piel que la nuestra.
Exijámonos miles de cosas. Un detalle por cada fecha señalada, una sorpresa por cada discusión, una noche de pasión por cada lágrima derramada.
Soñemos juntos, pensemos en el mañana, en nuestra casa de la playa, en nuestros nietos, en nuestros paseos por el bosque. Siempre con las manos entrelazadas, siempre.
Perdonémonos de antemano las ofensas, los porqués adelantados, las malas palabras, los días de lluvia.
Creemos una idílica historia de amor. Sin dolor, sin incertidumbre, sin pánico a volar…Nos cuidaremos las alas mutuamente. Nunca el uno sin el otro, nunca.
Porque el amor es cuestión de esto, de creer en utopías...convirtiéndolas en falsos tratos.
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