No ha sido la primera vez que los veo, pero sí la primera que los observo.
Sólo he alcanzado a ver su pureza, no había nada más. Sentimiento y expresión, siguiendo su cauce natural. No hay trabas...todo es estado.
Se amaban cada segundo. Sin tocarse, sin nisiquiera mirarse, estaban amándose hasta el dolor. Sin saber bien lo que significa, lo que implica...sin saber, y sin importar el por qué. Se han besado sin saber lo que hacían. El conocimiento de causa está de más entre sus cuerpos, y veo como la ternura se releva con la rudeza.
Por un momento me he colado en su mundo paralelo. Sintíendome una fugitiva, allí nada importaba nada. Cada segundo, el primero y el último. Sin memoria, sin futuro.
Como dos niños con una pelota, estaban jugando al amor. Sus manos se han entrelazado sin sentido ni orden aparentes. Se han guiado hacia direcciones opuestas, tirando el uno del otro...Y entonces algo se ha estropeado.
las muecas han llegado de repente. Han mirado hacia otro lado...en sus ojos sólo he llegado a ver el reflejo de un mundo roto.
Él, cabizbajo, ha quedado derrotado. Se mira las manos como si entre ellas se escapara todo lo que es...En un sólo instante, todo ha cambiado.La misma pureza en toda su amargura.
Ella ha intentado sujetarlo, desesperada buscaba una mirada que no existía. Lo que estaba, se ha desvanecido. Insiste sólo un segundo, un eterno segundo.
Las lágrimas han brotado con la misma fuerza que la rabia, pero Ella no se ha escondido. Se ha deshecho delante de todos. No hay más mundo que el suyo, nosotros no importamos. Su juguete se ha roto.
En el mismo vagón dos almas se lloran. Les veo correr por el andén. No sé si se huyen, o si se persiguen. Algunas piezas han quedado atrás, pero el juego comienza de nuevo.
Sonrío cuando los pierdo de vista.
La realidad, tan hermosa y tan cruda.
Fuera, el sol sigue sin brillar...el mundo sigue girando.
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