Caprichos de Niña

No lo quiero. Es curioso, inmaduro y caprichoso, pero ya no lo quiero. Eso que llevo pidiendo a voz en grito tanto tiempo, ahora resulta que no lo quiero. Al menos, no lo quiero así, contigo.

Acércate, que te lo voy a contar. No pido que lo comprendas...de hecho, tampoco quiero que lo hagas. Caprichos del egoísmo que invade mi egocentrismo. No busques razones ni cuestiones el por qué. No encontrarías nada que consolara tu desilusión.

No quiero ser el motivo de tu primera sonrisa mientras te desperezas en la cama.

No quiero ser tu razón para gastar el perfume de las ocasiones especiales.

No quiero ser esa por la que empieces a hacer huecos en tu agenda.

No quiero ser de quien esperes cenas especiales. Ni postres picantes con nata y chocolate.

No quiero ser la que representa lo dulce, ni lo apasionado, ni lo irritante.

No quiero ser con quien te enfades para reconciliarte.

No quiero poseer los ojos en los que te perderías, ni quien tenga esos labios en los que te ahogarías.

No quiero ser el pensamiento por el cual bailes bajo la lluvia.

No quiero ir en contra de tus expectativas, pero mi corazón tira a bala hacia tu decepción. Y no quiero evitarlo.

No quiero ser esa que te hizo volver a desconfiar del mundo al decirte no quiero. Pero quizás esto llega demasiado tarde.

Hoy no quiero absolutamente nada, sólo predicar con el Yo, Me, Mi, Conmigo. No quiero estar, no quiero parecer, no pretendo ser. Al menos para ti, no debería ser.

Los caprichos no siempre tienen un fondo dulce o inocente. Lo siento.

0 comentarios: